¿Cómo acariciar a un gato?

Los gatos son el segundo grupo de animales de compañía favorito en España. Pero, a diferencia de los perros, sus ancestros eran animales solitarios. Por lo tanto, no son tan receptivos al contacto y las caricias como los perros. ¿Cómo acariciar a un gato pequeño? La clave para que el gatito sea receptivo a las caricias es elegir bien el momento y el tiempo que duran las caricias. Ya que el exceso de mimos puede provocar estrés.

Así, hay que prestar atención a las señales que da el gato para que pares las caricias. Saber interpretar estas señales ayuda mucho durante el periodo de adaptación del gato al hogar. Si tienes problemas con el comportamiento de tu gato puedes acudir a nuestra clínica veterinaria Granada para recibir consejos sobre etología.

¿Dónde dar caricias a los mininos?

A los gatos les gustan las caricias en la base de las orejas, bajo la barbilla y cerca de las mejillas. El lomo y el vientre son zonas que no les entusiasman. Y la base de la cola es el peor lugar donde dar caricias.

¿Cuándo dejar de acariciar a un gato?

  1. Aleja la cabeza. Si el gato se siente incómodo con las caricias va a mover la cabeza en dirección contraria. También puede sacudir la cabeza o el cuerpo.
  2. Muestra poco interés. Cuando un gato disfruta de las caricias ronronea y busca el contacto. Es decir, devuelve los mimos. Pero si el gato tiene una actitud pasiva y parece que está a otra cosa, es una señal de que debes dejar de acariciar al gato. Por ejemplo, comienza a lamerse su nariz o a acicalarse de forma repentina.
  3. Se pone en tensión. Seguro que has visto a un gato hacer esto antes de morder. El gato comienza echando las orejas hacia atrás, se le eriza el pelo, contrae la espalda y agita la cola. Finalmente gira bruscamente la cabeza para enfrentarse a ti. Después de eso seguramente te muerda la mano o la aparte de un zarpazo. No va a hacer daño, solo es su forma de decir que dejes las caricias.
  4. Se quiere escapar. Una cosa que hay que saber sobre cómo acariciar a un gato es que los abrazos no son de su agrado. Solo cuando tienen mucha confianza o están acostumbrados se van a dejar. Pero tratan de escapar en cuanto surge la oportunidad.

Hay que reconocer que los gatos lanzan indirectas cuando algo no les gusta. Pero si se les acaba la paciencia optan por ser totalmente directos.

Personalidad de los gatos

Además de reconocer estas señales, merece la pena destacar que un estudio ha reconocido un abanico de rasgos de personalidad en los gatos. Dos de ellos son referentes a la limpieza y podrían estar relacionadas con el estrés. Y son acicalarse en exceso y tener problemas con la caja de arena.

Por otro lado están rasgos como la sociabilidad hacia los humanos, que puede hacer más fácil acariciar a un gato. El caso contrario, la agresión hacia los humanos hace que no se dejen acariciar. Además, algunos gatos presentan miedo hacia determinados estímulos y solo se dejan ver si no están presentes.

Finalmente están los rasgos de personalidad que tienen que ver con su actividad, hay gatos más activos y otros muy vagos. Y no se puede olvidar que la felicidad también es una parte esencial de la personalidad.

 

 

 

 

 

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