¿Qué es la petofilia?

La petofilia puede ser un problema. Si eres dueño de una mascota lo más normal es que la quieras mucho y la cuides muy bien. Es lo lógico y lo deseado. Hay personas que llegan a tratarlas con excesivo cariño, mimo, de tal forma que llegan a reemplazar a niños, parejas. Las vidas de estas personas giran entorno a sus mascotas, siendo sus máximas prioridades.

La petofilia es un apego excesivo a los animales de tal manera que puede llegar a ser muy negativo para estas personas. Tanto es así que en algunos casos cuando la mascota se pierde llegan a ofrecer muchísimo dinero a quien la encuentre. En otros casos, gastan una fortuna en ropa, comida o en otros caprichos para los animales.

Las personas con petofilia se distinguen de otros dueños de mascota en que estas solo sienten satisfacción cuando están con ellas. Llegando a aislarse de su propio entorno. No podemos confundir un amor incondicional hacia nuestra mascota con este trastorno.

Problemas de la petofilia

Es indudable que cada vez hay más hay una mayor relación entre humanos y mascotas. Las redes sociales están inundadas por mascotas. Perritos, gatitos y otros animales que en ocasiones parecen en hoteles de 5 estrellas con buenos menús, peluquerías y spa. Lucen joyas o tienen una cuenta personal en redes. Esto ya no supone amor incondicional sino petofilia.

Jon Katz, es uno de los periodistas que más ha escrito sobre el comportamiento humano y sus mascotas. Para Jon, como cualquier otra relación sentimental, cuando se pasa de cariño a adicción a las mascotas existe un problema. El hecho de que una persona colme de caprichos o gaste mucho dinero en el animal no es del todo el problema. El problema viene cuando además solo se tiene satisfacción entorno a él, la persona se aísla de su entorno. Se limita a vivir enganchado a la mascota de tal forma que cuando intenta desligarse de ella no puede. Se siente totalmente incapaz. Este trastorno que a veces va más allá, llegando a tratar a la mascota de como si fuera una persona o un miembro más de la familia. Personificar a las mascotas les roba su verdadera naturaleza.